Quiero cambiar de asesor, ¿cómo lo hago?

Hay momentos clave del año en el que nos replanteamos muchas cosas. Sin duda, enero y septiembre están llenos de proyectos, propósitos de enmienda y ganas de arreglar cosas. Para un empresario o autónomo son períodos claves para la reflexión acerca de su negocio. Uno de los temas que puede estar en la agenda para el nuevo curso es la revisión del servicio de su asesoría, gestoría o abogados, ya que es una relación muy importante en cualquier empresa. Y esa reflexión puede desembocar en la decisión de cambiar de asesor.

¿Debo cambiar de asesor?

Por nuestra experiencia, estos son los motivos que nos cuentan los clientes para decidir cambiar de asesoría o gestoría:
  1. Errores en el servicio que acaban en sanciones de Hacienda o Seguridad Social. Si todavía no han llegado las sanciones, al menos en la empresa sí hay una sensación de «esto seguro que no lo estamos haciendo bien».  
  2. Poco interés en mi negocio, no hay una atención personalizada o percibo que no ponen demasiado cuidado en mis asuntos. Si me atienden parece que me hacen un favor.
  3. Me dan más trabajo del que me quitan, y encima tengo que pagar por ello.
Y luego viene el precio. Hemos visto casos en los que se contrató un servicio «sospechosamente» barato y al cabo del tiempo se descubre el secreto de ese precio (pésimo servicio, a veces ni siquiera se hace el trabajo). En otras ocasiones es al contrario, pese al mal servicio, el precio es sorprendentemente más alto que la media. Es sorprendente las veces en las que creemos que una buena asesoría va a ser muy cara y su precio es prácticamente el mismo que la gestoría actual con la que no estamos contentos.
En servicios de asesoría fiscal, laboral, contabilidad y asesoramiento jurídico para empresas es difícil encontrar un criterio general sobre precios; cada cliente es un mundo y el trabajo que genera puede variar. Además, se trata de un sector con perfiles de profesionales muy variados, en el que bajo un mismo nombre se incluyen  trabajos básicos junto más complejos que requieren de personal con mayor cualificación y experiencia. 
Pero hay una cosa clara: un buen servicio de asesoría, independientemente de su precio, siempre ahorra dinero a la empresa (e incluso puede ayudar al crecimiento del negocio). 

¿Qué hay que hacer para cambiar de asesor?

Lo primero es ser exigentes. El cambio de asesoría fiscal o laboral es delicado, aunque no hay que tenerle miedo. Pero ya que cambiamos debemos elegir muy bien. Es importante conocer al asesor candidato con los siguientes pasos:
  1. Revisar a fondo su página web, especialmente la sección en la que aparezcan los profesionales del despacho, su titulación y experiencia. Si la asesoría cuenta con un buen equipo, seguro que querrá mostrarlo de manera orgullosa en la web, al contrario que muchos sitios de internet con información genérica en la que no demuestran nada.
  2. Comprobar su experiencia. Puede ayudar una sección de la web en la que mencionen los nombres de sus principales clientes.
  3. Solicitar una primera reunión presencial o por teléfono. Para resolver las primeras dudas y que nos expliquen la manera de trabajar.
  4. Solicitar un presupuesto previo y cerrado.
  5. Preguntar todas las dudas sobre las condiciones del servicio, lo que está incluido y lo que no. Esas condiciones deben constar por escrito.
A nosotros, por ejemplo, nos encanta la transparencia y tenemos una sección donde aparece nuestro equipo de economistas, graduados sociales, abogados y asesores fiscales, junto a un breve currículum y su colaboración como profesores en escuelas de negocios. 

¿Se puede cambiar de asesor en cualquier mes del año?

Hay meses del año en los que cambior de asesor puede dar más trabajo. Pero en realidad se puede hacer en cualquier momento del año. De hecho, si hay problemas graves con la asesoría antigua o un descontento con el trabajo de esa gestoría lo recomendable es organizar el cambio de asesoría lo antes posible.

Documentación necesaria para cambiar de asesor

Una vez seleccionada una nueva asesoría o gestoría, se hace un listado de la documentación necesaria. Esa información puede variar en función de la época del año y de los posibles errores que arrastre la gestión de la empresa. Lo normal es que la nueva asesoría evalúe la situación de la empresa a partir de unos documentos básicos y determine qué necesita para arreglar posibles irregularidades.
 
Por ejemplo, desde MYL Abogados & Asesores pedimos a nuestros nuevos clientes que nos traigan una documentación básica (balances contables, copia de impuestos presentados, libros de facturas, copia de contratos laborales,…); parte de esa documentación se solicita a la asesoría anterior aunque muchos documentos los tiene la propia empresa. Lo habitual es que el propio cliente pida hablar personalmente con su antiguo asesor, aunque nosotros no tenemos problema en contactar directamente para organizar la transición en nombre del cliente y que éste se pueda dedicar a su negocio. Además, como también somos un despacho de abogados, podemos tomar otras vías si la gestoría antigua no acata la voluntad del cliente (incluso preparar una reclamación por los daños causados por un mal servicio).
Te invitamos que navegues por nuestra web. MYL Abogados & Asesores es un despacho de asesores de empresas con un servicio personalizado e innovador. Puedes comprobarlo en esta web, pero sobre todo te recomendamos que solicites con nosotros una primera consulta gratis y sin compromiso para conocernos mejor y veas cómo podemos ayudarte.
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