Ahora que estamos en plena campaña de renta, es buen momento para recordar los límites y condiciones que determinan si estamos o no obligados a presentar declaración. Y es que aunque se tengan ingresos muy bajos, y la declaración no salga a pagar, hay casos en los que debe presentarse necesariamente. Es importante recordar esto sobre todo a personas que ejercen actividades económicas, ya que no pueden utilizar la vía rápida de confirmación del borrador o acceder al servicio de cita previa para que le preparen la declaración en la Agencia Tributaria. Para disfrutar del servicio de cita previa, deben cumplirse los siguientes requisitos

– rentas por debajo de 65.000 euros para rendimientos de trabajo, o 15.000 euros en el supuesto de rendimientos de capital mobiliario.
– no tener rendimientos de actividades económicas en estimación directa, ni alteraciones patrimoniales procedentes de más de dos transmisiones, ni rendimientos por alquileres de más de un inmueble o regímenes especiales.

Por tanto, una persona que realice actividades económicas en estimación directa (ya sea simplificada o normal) no podrá solicitar cita previa. Es habitual encontrarnos con emprendedores que empiezan su actividad como personas físicas (sin crear una sociedad mercantil y facturando como autónomos) en el año anterior, pero con apenas beneficios. Pero cuidado, ya que si sus rendimientos íntegros superan los 1.000 euros deberá presentar declaración; también si los rendimientos están por debajo de la cantidad anterior pero ha percibido otro tipo de rendimientos (por ejemplo, rendimientos del trabajo).

Si el empresario ha tenido pérdidas actuando como persona física, también le interesa presentar la declaración para poder compensar tales rendimientos negativos con futuros beneficios. Además, conviene recordar que tanto en caso de pérdidas como de beneficios muy bajos es posible que hayamos soportado retenciones, en cuyo caso la renta podría salir a devolver.

Siempre hay que consultar los datos fiscales que proporciona Hacienda para poder determinar si existe o no obligación de declarar. Aunque no olvidemos que si se han obtenido rentas que no figuren en tales datos fiscales no significa que no haya que declararlas. Por tanto, será conveniente hacer un estudio previo para estas situaciones un poco más complejas de lo habitual.

Nuestro despacho ofrece el servicio de asesoramiento y presentación de IRPF desde 50 euros. Además, gracias a nuestro despacho virtual ahorramos desplazamientos y pérdidas de tiempo. Puedes consultar con nosotros sin ningún compromiso en este enlace.